Semillas de Vida


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¿Porque perdonar? ¿Justicia o misericorida?

¿Porqué perdonar? Es una buena pregunta. Si alguien me agravia o me debe algo, exijo justicia. Después de todo, lo justo es justo. Ojo por ojo, diente por diente. Si alguien me hace sufrir, hago sufrir. Es matemática. Cada falta equivale a su justo castigo y cada deuda a su justo pago. ¿Y quien podría argumentar que la justicia es algo malo? Sin embargo, hay un concepto que se dice que supera a la justicia y es la misericordia. 

La historia de un rey y su deudor

Porque perdonar - Justicia o misericordia - RencorHabía un rey que empezo a llamar a todos los que le debían dinero, hasta que llegó a uno que le debía millones de dólares. El hombre no tenía con que pagarle así que el rey ordenó que lo vendieran a él y a toda su familia como esclavos. El hombre se puso a llorar y le pidió al rey un poco de tiempo para cubrir la deuda. El rey se compadeció y al ver que el hombre nunca podría pagar la deuda, se la perdonó y lo dejo ir. Al salir ese hombre de ahí, se encontró con uno que le debía 500 pesos. Lo agarró del cuello y le reclamó que le pague. Como el otro no tenía la plata, le dijo al hombre que le de un poco de tiempo, pero el hombre lo mando a la cárcel hasta que le pagase lo que le debía. Cuando el rey se enteró de lo que pasó se puso muy triste y mando a llamar a aquel hombre. Le dijo «yo te perdone una deuda inmensa, ¿no debías vos también perdonarle la pequeña deuda que tenía tu amigo con vos?»

Por supuesto es difícil pensar en misericordia o piedad cuando vemos tantas injusticias y hechos cruentos en las noticias de todos los días. Lo más triste es que muchas veces la gente que comete actos de maldad no se arrepiente, y creo que ese es el punto de quiebre entre la justicia y la misericordia; el arrepentimiento sincero.

La moraleja

Porque perdonar - Justicia o misericordia - CarcelLa moraleja de esta historia relatada por Jesús de Nazaret, es que cuando nos enfrentemos ante alguien que nos debe algo o que nos haya agravado, nos haya hecho algún mal, reflexionemos sobre todo lo que hicimos mal nosotros mismos a otros en nuestra vida. Todo el agravio que causamos, la deuda que adquirimos. Si pretendemos ser perdonados por nuestras faltas debemos perdonar también a otros. ¿Cómo tratamos nosotros mismos a los que nos agravan? ¿Somos misericordiosos y perdonamos, o en cambio exigimos el justo castigo, la justicia plena, la retribución? Si es así tenemos que mirar atras y reconsiderar cada circunstancia oscura en nuestra vida. Cada momento en el que nos portamos injustamente y el castigo que mereceríamos. El que mirá hacia atras y piensa que hizo todo perfecto, seguramente tiene un problema de visión y necesita una cuota de humildad para saber reconocer su imperfección. Sin embargo no solo queda mirar hacia atras, sino mirar también hacia adelante. Si yo llegara a estar en la situación del deudor ¿como me gustaría que actuen conmigo? En estas situaciones la justicia y la misericordia son incompatibles. Esta en nosotros elegir una de las dos, y atenerse a las consecuencias.

La regla de oro

Todo se resume al principio básico «la regla de oro» la cual es: «Hace con los demás lo que quisieras que los demás hagan con vos.» Se trata precisamente de hacer algo que beneficie a la otra persona, como por ejemplo perdonar sin guardar rencor cuando cometen una falta contra nosotros, porque a nosotros también nos gustaría que el día que cometamos una falta, nos perdonasen sin guardar rencor.

Para llevar

Pensá en quien esta en deuda con vos. ¿Quien te agravó y esta esperando tu misericordia y tu perdón? Ponete en el lugar de la otra persona, ¿cómo quisieras que te traten si fueras vos? Pensá en todo lo malo que hiciste en tu vida. ¿Qué pasaría si te exigieran el justo pago por todo lo que hiciste? El rencor es una sensación fea y pretende oprimir a la otra persona. El perdón los libera a ambos. Pero debe ser un perdón definitivo que nunca más traiga a la memoria las ofensas pasadas.

«Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden.»

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6 aportes sobre “¿Porque perdonar? ¿Justicia o misericorida?

  1. Muy bueno!!! la verdad es que muchas veces nos ponemos en el papel de jueces con las personas que nos han hecho algo. No medimos el daño que resulta en la otra persona el simple hecho de «NO perdonar».
    RECORDEMOS LO QUE DIOS HIZO POR NOSOTROS!!
    NOS PERDONO.. SIN MERECERLO!

  2. Muy buena esta web, me ha gustado mucho ya que ayuda mucho en el dia a dia, espero que sigan asi c:

  3. muy buenos estos consejos

  4. Mi esposo por cuestiones de trabajo se fue a otra ciudad pero entre altos y bajos estábamos juntos pero en el cuarto año conoció una mujer mucho menor que el y me dejo con mi hijito el estuvo 3años Con ella y luego…regresé con el pero mientras tratabamos de salvar o reconstruir nuestro hogar me doy con la sorpresa que se seguían comunicando que mi esposo la seguía buscando… Claro estábamos en ciudades diferentes pero el la llamaba así que la decisión que he tomado es ponerle fin a la relación …pero siento que en parte es mi culpa porque yo pelie muy fuerte cuando se fue a trabajar lejos cambie mi número corte toda comunicación con el y le interpuse un juicio de alimentos y el en ese proceso la conocío a ella y se aferro a ella… Que consejo me darían????? Creen que deberia regresar con el Gracias…

  5. Muy bueno este artículo! ¡Qué difícil es perdonar!!! Pero…. qué liberador que es!!!!!

  6. Cuando me dijeron una vez que tenía que perdonar, pregunté que significaba hacer eso. Y justamente me contaron esta historia. Cuando el juez perdonó al hombre que le debía , lo liberó… Y eso es perdonar, me dijeron, es liberar a alguien de tu corazón. No es olvidar, es abrir la celda de tu corazón y dejar que esa persona se vaya…. Ahí entendí. Me di cuenta que todo el tiempo yo tenía a esa persona en mi mente, hablaba y hablaba de ella… De lo que había sufrido. Oraba y oraba únicamente por ella y el dolor que me.había causado. Y cuando entendí que no tenía porqué seguir en lo mismo, que tenía que «dejarla ir» o liberarla…. Espiritualmente le hacía un gran bien a esa persona y a mi misma…. Gracias a Dios!

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